Hasta diez meses de hacinamiento llevan internos en las carceletas
No los reciben en las cárceles ni les resuelven detención en domicilios. 18 de ellos tampoco han sido llevados a audiencias.
Un hacinamiento del 150% con respecto a la capacidad real, es el que presentan las carceletas de la Unidad de Reacción Inmediata (URI) de la Fiscalía y de Centro de Servicios Judiciales.
La situación, por demás angustiosa para los internos, refleja la crisis por la que atraviesa el sistema sin que se vislumbren soluciones a corto, mediano y largo plazo.
Una de las causas más recientes de este hacinamiento es el paro que adelanta el sindicato del Inpec, que no permite el ingreso a las cárceles de ningún capturado con medida de aseguramiento intramural ni con detención domiciliaria que deben someterse a trámites internos en los mismos centros carcelarios.
Por esta razón, los internos que se encuentran en las carceletas con detención domiciliaria tampoco han podido ser trasladados a sus domicilios.
De acuerdo con un informe de la Personería Distrital, en la URI hay 5 carceletas de las cuales una es para las mujeres. Allí hay un total de 75 internos, de ellos 26 con medida de aseguramiento con detención domiciliaria que no han podido ser llevados para sus domicilios porque no los reciben en la Cárcel Modelo donde el Inpec debe realizar la respectiva reseña biográfica del interno.
También hay once mujeres, entre ellas tres que tienen 10 meses de estar en la URI porque en el centro de reclusión El Buen Pastor tampoco las reciben.
Igualmente, hay 31 internos con detención preventiva de la libertad en establecimiento carcelario, que tampoco han podido ser recluidos y permanecen en la URI. Algunos de ellos con más de dos meses de estar en el sitio y 18 pendientes de ser llevados a audiencias.
Entre tanto, en el Centro de Servicios hay 36 internos en cuatro carceletas, de los cuales 5 tienen medida de aseguramiento consistente en detención domiciliaria y 31 con detención privativa de la libertad en establecimiento carcelario que no han sido recibidos en las diferentes cárceles de la ciudad.
Del mismo modo, hay internos que tienen más de 60 días de estar en estas carceletas, que son más pequeñas que las de la URI y no tienen aire acondicionado, por lo que el calor es muy fuerte y carecen de abanicos, haciendo la situación más gravosa.
A las personas allí recluidas no se les suministra alimentación, la cual la deben asumir los propios internos, la mayoría de ellos de escasos recursos y sus familias no cuentan para sufragar los gastos de transporte ni los de los alimentos diarios.
Ello significa que comen gracias a los internos que sí tienen la posibilidad que sus familias les lleven alimentos diariamente y que los compartan con los que no tienen.
Ante esta situación agobiante para ellos, los internos piden ayuda para que sean trasladados a su lugar de reclusión.
Lo grave del caso es que la situación cada vez empeora porque a las carceletas siguen llegando los capturados, generando una superpoblación incontrolable